¿Por qué tomar este retiro?​

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   Nos han puesto en contra del cuerpo, del placer, de la energía que nos mueve. Esta programación va a lo más profundo de nuestra psique y afecta todos los aspectos de nuestras vidas, es un tremendo rechazo a nosotros mismos, una constante represión de lo que sentimos, un ataque directo al posible disfrute de nuestra vida. 

   Sin hacer contacto pleno con nuestro cuerpo nos es imposible hacer contacto verdadero con los sentidos, el mundo y, por supuesto, nos es imposible tener un contacto real con otro ser humano.

   Necesitamos, en primer lugar, hacernos plenamente conscientes de esta programación, del rechazo e incluso el desprecio que nos fue inculcado hacia el increíble milagro que es nuestro cuerpo. Reconciliarnos con él, reconocerle sagrado, pedirle perdón por el rechazo y el descuido, habitarlo de nuevo, sentirlo, disfrutar de los sentidos, reconocer nuestras necesidades, darle la bienvenida a las sensaciones y por fin, sentir un profundo amor y respeto por nuestro maravilloso cuerpo.  

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¿Qué haremos?

   Este es un encuentro para volver a conectar con el cuerpo, para reconocerle, apreciarle, agradecerle. Queremos bajar de la cabeza, del pensamiento, de los conceptos, al contacto pleno con los sentidos. El cuerpo es lugar del ahora. No hay forma de percibir atentamente, volcarnos totalmente en el ver, oír, oler, tocar, sentir, probar, y al mismo tiempo estar perdido en nuestros pensamientos.

   No es un retiro sobre sexualidad, ni un encuentro tántrico. El enfoque es en nosotros mismos y nuestra experiencia. Revivir todos nuestros sentidos para sentirnos de nuevo, tal vez por primera vez en nuestra vida adulta, absolutamente conectados con el cuerpo. 

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¿Cómo?

   Con música y baile, caminatas en la naturaleza, temascales,

baños a bajas temperaturas, comiendo en absoluta presencia,

masajes y yoga suavecito. 

   Una serie de ejercicios, prácticas y experiencias que vuelvan

el enfoque hacia el silencio, la quietud, la sensualidad y el

disfrute pleno de los sentidos.